¡Hola, Hola..!!!
Si me han seguido en redes sociales, en el blog y en el del Centro de Medicina Regenerativa, saben que constantemente recalcó la importancia de priorizar nuestro bienestar y salud en cada faceta de nuestra vida.
Hoy, quiero conversar sobre un tema que me toca de manera muy personal y profunda: la prevención de enfermedades cardíacas en nosotras, las mujeres.
Las enfermedades cardíacas representan la principal causa de muerte en los Estados Unidos, y esto es algo que no debemos tomar a la ligera.
Nuestro corazón, ese incansable motor que nos da vida desde nuestro primer aliento, merece ser tratado con el máximo cariño y cuidado.
Aunque hay factores como la genética que no podemos cambiar, hay una buena noticia: hay muchas acciones y decisiones que sí están en nuestras manos y que pueden hacer una gran diferencia, punto de vista de la epigenética (estudio de los cambios en la expresión génica que no involucran alteraciones en la secuencia del ADN. Estos cambios pueden ser influenciados por factores ambientales, estilo de vida y experiencias).
Llevar una dieta saludable: lo que llevamos a nuestro plato impacta directamente en nuestro corazón. Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras es fundamental. Disminuir el consumo de sal y grasas saturadas ayuda a mantener nuestras arterias en buen estado.
Hacer ejercicio regularmente: una rutina de actividad física no sólo nos ayuda a sentirnos más enérgicas, sino que también fortalece nuestro corazón.
¿Mi consejo? Encuentra una actividad que ames y hazla parte de tu rutina, ya sea bailar, caminar, nadar o cualquier otra que disfrutes. Yo amo caminar, correr, hacer pilates.
Decir no al tabaco: las toxinas del cigarrillo son enemigas de nuestro sistema cardiovascular. Si estás buscando un motivo para dejarlo, ¡tu corazón te lo agradecerá!
Mantener un peso saludable: esto no se trata de estética, sino de salud. Un peso equilibrado significa un corazón que trabaja de manera óptima.
Vigilar el colesterol: es esencial mantener los niveles de colesterol bajo control para evitar obstrucciones en nuestras arterias.
Monitorear nuestra presión arterial: muchas veces, la hipertensión no da señales hasta que es demasiado tarde. Revisar regularmente puede hacer la diferencia.
Dedicar tiempo y esfuerzo a la salud de nuestro corazón es una de las mejores inversiones que podemos hacer. Cada paso que damos en pro de un corazón sano se traduce en bienestar, energía y una vida plena.
Siempre lo digo y lo reitero: es mejor prevenir que lamentar. Y cuando se trata de nuestro corazón, esta premisa es vital.
Así que, amigas, les invito a decidirse por su salud, a escuchar ese latido que nos recuerda el regalo de estar vivas cada día.
Bye, Bye.
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