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Vivir en Equilibrio: Cuerpo, Mente y Alma

  • Foto del escritor: Fabiola Pérez Olalde
    Fabiola Pérez Olalde
  • hace 1 día
  • 3 Min. de lectura

Hola, hola..!!!

Hace algunos años, yo creía que estaba “bien”. Cumplía con mis responsabilidades, trabajaba duro, cuidaba de mi familia… pero por dentro me sentía cansada, desconectada y, muchas veces, sin rumbo. Mi cuerpo me mandaba señales: insomnio, cambios de humor, digestiones pesadas, estrés constante. Yo las ignoraba, hasta que mi salud me obligó a parar.


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Ese momento fue un antes y un después. Comprendí que no podía seguir viviendo en piloto automático. Tenía que aprender a escuchar a mi cuerpo, a cuidar mi mente y a alimentar mi alma. Y así comenzó mi viaje hacia lo que hoy llamo salud integral.

Con el tiempo descubrí que el equilibrio no es un destino perfecto al que llegas y te quedas. Es un camino que recorres todos los días, con ajustes constantes, compasión hacia ti misma y la certeza de que cada área de tu vida está interconectada.



1. Cuidar el cuerpo: tu primer hogar

Nuestro cuerpo es el vehículo con el que vivimos esta experiencia. Cuidarlo no significa someterlo a dietas extremas ni a rutinas imposibles, sino nutrirlo y fortalecerlo con amor.

Pequeños hábitos que marcan la diferencia:

  • Elige alimentos frescos y reales, que provengan de la tierra y no de un empaque.

  • Muévete cada día: camina, baila, estírate, encuentra la actividad que disfrutes.

  • Respeta tus horas de descanso; el sueño es tan importante como la alimentación.

Ejercicio práctico: Hoy, dedica 10 minutos a preparar un desayuno nutritivo y consciente. Siéntate, respira y agradece antes del primer bocado.


2. Nutrir la mente: tus pensamientos crean tu realidad

La mente puede ser nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga. Si dejamos que se llene de preocupaciones, comparaciones y miedo, nos roba energía y claridad.

Formas simples de nutrir la mente:

  • Comienza tu día con afirmaciones positivas que refuercen lo que sí quieres.

  • Aprende algo nuevo cada semana: un libro, un curso, una conversación enriquecedora.

  • Reduce el consumo de noticias o contenido que te genere ansiedad.

 Ejercicio práctico: Esta noche, antes de dormir, escribe tres cosas por las que te sientas agradecida. Repite este hábito por 21 días y observa cómo cambia tu enfoque.

3. Escuchar el alma: la brújula interior

El alma siempre sabe qué camino tomar, pero a veces el ruido externo la silencia. Reconectar con tu esencia es fundamental para sentirte plena.

Cómo reconectar con tu alma:

  • Dedica un momento diario a la quietud: medita, reza o simplemente siéntate en silencio.

  • Rodéate de personas que eleven tu energía y te inspiren.

  • Practica el desapego de lo que ya no te nutre: relaciones, hábitos o pensamientos.

Ejercicio práctico: Una vez por semana, desconéctate de redes y tecnología por al menos dos horas y dedícalas a algo que te llene el corazón. Vivir en equilibrio es un acto de amor propio

Cuerpo, mente y alma no son piezas separadas, son parte de un mismo todo. Cuando cuidas una, influyes positivamente en las otras. Y cuando las tres están alineadas, sientes paz, energía y claridad.

No te presiones por hacerlo perfecto. El equilibrio es flexible, cambia contigo y se adapta a tus momentos de vida. Lo importante es avanzar, aunque sea con pasos pequeños.


Mi invitación para ti:

Hoy te propongo un reto sencillo: durante los próximos 7 días, dedica al menos 10 minutos a cada área —cuerpo, mente y alma—. Anota cómo te sientes antes y después de este reto. Te aseguro que empezarás a notar cambios.


Si quieres profundizar en este camino, te invito a visitar mi  web www.fabiolaperezolalde.com donde comparto estrategias y ejercicios que me han transformado y que pueden transformar tu vida.

Porque vivir en equilibrio no es un lujo… es una decisión diaria que puede cambiarlo todo.

Recuerda ser la "Protagonista de tu propia vida".

Bye, bye.

 
 
 

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