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Antes de cumplir 30 años nunca me senté a pensar en que comer o que no, fui criada bajo el régimen de mi mamá, donde se consumían una cantidad enorme de vegetales, frutas, casi cero gaseosas y dulces, los carbohidratos como la pasta, los plátanos, las papas y el arroz, se consumían una vez a la semana.
Cuando crecemos y salimos del seno materno, decidimos ingerir lo que nos provoca, ya que no tenemos quien nos llame la atención, "Nos sentimos libres", pero crecemos, vienen las responsabilidades, el estrés, la ansiedad, la falta de tiempo y comienza ese momento de cometer abusos en cuanto a tu manera de alimentarte y vivir.
Se ingieren alimentos no tan saludables, preservados, congelados, fáciles de cocinar, pero sobre todo listos para comer, porque lo importante es estar "alimentada".
En ocasiones se nos presentan problemas de salud, como las alergias, estreñimiento, gastritis, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, enfermedades crónicos degenerativas, sin hablar de algunos trastornos emocionales, como ansiedad, depresión y mal humor.
El hecho de comer sin analizar lo que consumimos no es señal de estar nutridas, nos encontramos en muchas ocasiones agrediendo a nuestro organismo, a nuestras células, llenándolas de radicales libres (agentes agresores), de los que ellas no se pueden defender.
Es por eso que debemos tomar consciencia de nuestra alimentación, la idea no es preocuparnos, si no ocuparnos en tomar la decisión de adquirir hábitos y rutinas saludables para tener así una mejor calidad de vida.
¡Decídete por tu salud! es un libro que creé para ayudarte a tener la guía correcta y fácil para que ganes salud y te sientas viva, bella y feliz.
La salud es el motor de la vida, con ella podrás lograr tus sueños, tu metas. Ser la mejor versión de ti misma es tú decisión, recuerda que te eres la protagonista de tú propia vida.